vialibre 14/07/2025
En plena temporada de lluvias, las carreteras y ciudades enfrentan condiciones cambiantes que complican la operación diaria. Charcos, visibilidad reducida, frenadas inesperadas y rutas cerradas son desafíos constantes para conductores y gestores de flotas En este contexto, estar preparados no es solo una ventaja, sino una necesidad operativa para garantizar la seguridad vial
En ciudades con alta concentración vehicular como Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey o Querétaro, las lluvias agravan los retos cotidianos de movilidad. Calles saturadas, pavimento mojado, baches cubiertos por agua y encharcamientos frecuentes hacen que cada trayecto sea más riesgoso tanto para el conductor como para el vehículo. Estas condiciones no solo retrasan las operaciones, sino que también aumentan el riesgo de fallas mecánicas y accidentes, resaltando la importancia de contar con una estrategia de mantenimiento predictivo y proactivo, adecuada al clima y al entorno urbano.
El agua reduce la visibilidad, dificulta el frenado, afecta el estado de las carreteras y genera riesgos adicionales como el hidroplaneo o la pérdida de control en curvas. Por ello, componentes clave del vehículo requieren especial atención. Las llantas, por ejemplo, deben revisarse con frecuencia para asegurar que tengan un dibujo adecuado y la presión correcta, lo que ayuda a mantener la tracción en superficies mojadas. También es crucial inspeccionar los frenos, ya que la distancia de frenado puede aumentar significativamente en pavimento húmedo. Los limpiaparabrisas, aunque suelen pasarse por alto, son esenciales para mantener una visibilidad adecuada y deben estar en buen estado y operar sin dejar marcas o zonas sin limpiar.
Además, los sistemas de iluminación como faros, luces traseras e intermitentes deben funcionar correctamente para asegurar que el vehículo sea visible para otros conductores, especialmente en medio de lluvia intensa o neblina. Estos aspectos, aunque básicos, son la primera línea de defensa ante los riesgos que trae el clima, y su mantenimiento puede marcar una gran diferencia en la seguridad del operador y de los demás en la vía.
Pero el mantenimiento no se limita a la mecánica, también implica planificación operativa. Las lluvias pueden provocar cierres viales, desvíos o retrasos, por lo que es importante contar con rutas alternativas y visibilidad en tiempo real de las unidades. Aquí es donde herramientas como la telemática de Geotab ayudan a las flotas a adaptarse con rapidez, al proporcionar información clave sobre el estado de los vehículos, hábitos de conducción y condiciones de la ruta.
Además de fomentar prácticas de conducción responsable, Geotab ofrece soluciones tecnológicas que ayudan a las flotas a operar con mayor seguridad y eficiencia. Herramientas como el “Análisis de riesgos en la conducción”, basado en inteligencia artificial, permite detectar patrones inseguros, programar mantenimientos estratégicos antes de los picos de lluvia e implementar medidas correctivas a tiempo, reduciendo incidentes viales y costos operativos.
Prepararse para la lluvia no es cuestión de suerte, sino de estrategia. Invertir en prevención es también invertir en productividad, reputación y, sobre todo, en la seguridad de quienes están detrás del volante.